El pasado mes de abril, el gobierno de Estados Unidos – a través de su portavoz James Story, encargado de Negocios de la Oficina Externa para Venezuela – informó sobre la incautación de tres toneladas de cocaína de dos aviones que viajaban de Venezuela hacia Guatemala.
El funcionario señaló que fueron tres mil kilos de la droga ilícita, al tiempo que precisó que no toda salía de Venezuela “pero sí un porcentaje importante” y añadió “solo desde el 1 de abril han habido diez incautaciones de ocho toneladas de drogas con un valor de 165 millones de dólares”.
Días antes, Craig Faller – comandante del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de Norte América- declaró a los medios en su país que “el tráfico de drogas desde Venezuela había aumentado significativamente en los últimos años y que el régimen de Maduro se ha beneficiado de esta actividad ilegal”.
El contexto : Rutas de Venezuela y destinos internacionales
Según la Oficina de las Naciones Unidas Contra las Drogas (UNDOC), Venezuela se presenta como una de las principales rutas usadas por el narco tráfico, para distribuir la cocaína producida en Colombia a los principales mercados de usuarios: Estados Unidos de América (EUA) y Europa.
Lo anterior fue sustentado por el sociólogo Luis Cedeño, en un informe presentado en días recientes a través del portal Observatorio del Delito Organizado, en el que explicó la condición geográfica de Venezuela la cual la posiciona como el país sureño con mejores corredores para el tráfico de drogas ilícitas, particularmente la cocaína.
Cedeño – también director ejecutivo de la Asociación Civil Paz Activa-, comenta que Venezuela limita con catorce estados y tiene 5.161 km de fronteras terrestres con Colombia, Brasil y Guayana, además de otras islas – al norte con el Mar Caribe- pertenecientes al Reino de los Países Bajos, Holanda (Aruba, Bonaire, Curazao, Saba y San Eustaquio), República Dominicana, Francia (Martinica y Guadalupe), Trinidad y Tobago, San Cristóbal y Nieves, Barbados, Reino Unido (Isla de Monserrat), Santa Lucía, Granada, San Vicente y las Granadinas “lo cual facilita el traslado”.
En este último aspecto, Cedeño menciona a Colombia, como el principal productor de cocaína a escala mundial, por lo tanto, al ser frontera con Venezuela, ésta le facilita una plataforma para el tránsito de su producción a través de vías fluviales.
El traslado de la cocaína por corredores fluviales de Venezuela, quedó expuesto el pasado 14 de abril cuando un personal que conformaba un grupo de inteligencia de Estados Unidos confiscó más de 3,000 kilos de cocaína que salieron de nuestras costas, en aguas cercanas a la isla de Curazao.
“Las rutas que la cocaína toma para llegar a los mercados internacionales más lucrativos que se observan, en este caso EUA y Europa, se originan en varios departamentos fronterizos de Colombia con Venezuela. Desde los departamentos de la Guajira y César, hacia el Estado Zulia; Norte de Santander hacia el Estado Táchira; Arauca y Vichada hacia el Estado Apure. A lo largo de estos límites fronterizos están poco resguardados desde Venezuela. Algunos grupos irregulares colombianos controlan importantes zonas fronterizas dentro de Venezuela y han comprado fincas en estas zonas para el almacenamiento de grandes alijos de cocaína que esperan ser traficados a mercados internacionales”, explica Cedeño en su investigación.
Añade también que las rutas de la Cocaína se presentan en países con déficits en sus sistemas políticos como lo son algunos países de África Occidental como: Guinea Bissau, Sierra Leone, Liberia y Costa de Marfil; también al norte de África a través del mar Mediterráneo.
“Son también receptivos a ser países de tránsito de la cocaína que sale de Venezuela: Cuba, Nicaragua y México que simpatizan con el régimen actual y que son parte de la ruta hacia EUA”, concluye Cedeño.
Consecuencias del paso de la Cocaína por territorio venezolano
Cedeño explica que el tránsito de la cocaína por territorio venezolano incentiva el consumo interno, ya que esa droga se distribuye para su venta por minoristas a través del microtráfico y que llega a los consumidores en diferentes niveles de pureza.
Otra de las consecuencias es, el dominio que ejercen los operadores internacionales del narcotráfico en zonas fronterizas bajo resguardo de la Guardia Nacional Bolivariana, se vuelven cada vez más vulnerables.